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Benzodiacepinas y alzhéimer: confirmado el vínculo

24 Mayo 2016

El riesgo de padecer la enfermedad aumentaría en los tratamientos con medicamentos psicotrópicos de mayor duración.

 

Investigadores de las universidades de Burdeos y Montreal han publicado, en la revista British Medical Journal (BMJ), los resultados de un nuevo estudio en el que vinculan las benzodiacepinas y la demencia. En él, afirman que el uso de estos fármacos durante tres o más meses está asociado con un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer a partir de los 65 años de edad. Además, muestran que el riesgo de padecer dicho trastorno aumenta con la duración del tratamiento.

Las benzodiacepinas son unos medicamentos que suelen prescribir los médicos tras manifestarse, durante unas semanas, síntomas de ansiedad y alteraciones del sueño. Un estudio de cohorte anterior, realizado en pacientes franceses por algunos de los autores que también participan en la nueva investigación, afirmó que los sujetos que tomaban estos fármacos mostraban un riesgo mayor de desarrollar demencia en comparación con aquellos que nunca los habían ingerido. En el nuevo trabajo, los investigadores se propusieron confirmar esos resultados en otra cohorte e identificar la posible relación entre la dosis del medicamento y sus efectos.

Para ello, tomaron en consideración los datos del Panel para la Seguridad Sanitaria de Québec, con el objetivo de analizar el desarrollo del trastorno de Alzheimer en pacientes de esta región de Canadá, mayores de 66 años de edad y en tratamiento con benzodiacepinas. Tras identificar 1796 casos de enfermos con alzhéimer, los investigadores los compararon, a lo largo de más 6 años, con 7184 personas sanas de edad y sexo correspondientes.

Los resultados muestran que la ingesta de benzodiacepinas durante un periodo superior a los tres meses está asociado con un mayor riesgo (de hasta un 51 por ciento) de desarrollar la enfermedad de Alzheimer. «Esta relación se hace más patente en el caso de terapias más largas y con benzodiacepinas de acción prolongada que con las de acción más corta», explica Sophie Billioti de Gage, de la Universidad de Burdeos.

En conclusión, los investigadores aseguran que, a pesar de que no se haya demostrado una relación «causa-efecto», una exposición [a los fármacos] a largo plazo «es compatible con la sospecha de una posible vinculación directa, aunque las benzodiacepinas también pueden constituir un desencadenante de un estado asociado con un mayor riesgo de demencia» asegura la investigadora. Por esta razón, los autores piden mayor atención a los médicos y el cumplimiento de las buenas prácticas a la hora de prescribirlo.

 Fuente: Inserm

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