El estiramiento (stretching) es considerado para muchos como parte de la rutina de calentamiento antes de iniciar el ejercicio. Hay diferentes protocolos de estiramiento, aunque el denominado estático es el más frecuente. Muchos entrenadores y atletas piensan que los estiramientos previos al ejercicio mejoran el rendimiento y previenen lesiones musculo-esqueléticas, sin embargo, distintos estudios han sugerido que el estiramiento estático disminuye el rendimiento de fuerza, potencia, salto, pico de fuerza, etc. La mayor parte de esos estudios empelaron estiramientos de más de 30 s, y este hecho podría afectar al establecimiento de los puentes cruzados actina-miosina al causar el estiramiento una modificación de la longitud del sarcómero que no sería óptima para producir fuerza muscular. Otros mecanismos negativos para el rendimiento asociados al estiramiento estático prolongado son.
1) factores mecánicos asociados con descensos de la rigidez muscular, alterando la relación longitud-tensión.
2) factores neurales causados por el descenso de la activación muscular.
3) inhibición del reflejo de estiramiento originado en los husos neuromusculares.
Investigaciones recientes (Williams y col, 2015) han mostrado que el estiramiento estático de corta duración (< 30s) mejora el momento de fuerza de los extensores de la rodilla.Desafortunadamente para los atletas y entrenadores, nada está definitivamente decidido sobre este tema. El hecho de observar resultados distintos en diferentes estudios nos muestra claramente que el protocolo empleado para el estiramiento, es decir la dosificación del mismo (tipo, intensidad y duración) es clave para observar unas respuestas u otras. Por ahora, y hasta que investigaciones futuras arrojen más luz a este tema, los estiramientos estáticos previos al ejercicio, si se llevan a cabo, no deberían superar los 30 segundos de duración.